El 2020 había sido propuesto por la OIT como el año internacional del Turismo y Desarrollo Rural.
Todos imaginamos que iba a ser el gran año del despegue de los Pueblos Rurales con ansias de desarrollo turístico. Pero la pandemia hizo lo suyo y hace más de 70 días que estamos en pausa en la Argentina. Sin embargo aún podemos hacer mucho, en el mientras tanto; aunque lo cierto es que nuestro año se nos fue, y quien sabe si ira a volver.
Usar este tiempo para capacitarnos a través de las redes parece ser la mejor opción, avanzar en cada proyecto rural desde adentro, evitar el cierre por inacción y repensar qué vamos a proponer a nuestros visitantes, para poder afrontar fortalecidos la competitividad como anfitriones rurales, apuntar a trabajar en red, fortaleciendo lazos de cooperación y complementación entre diferentes emprendimientos de una localidad o una región, variando las estrategias de comunicación, subiendo fotos a diferentes redes, mostrando las experiencias vividas por los visitantes a los potenciales futuros turistas, mostrar que los emprendimientos, sitios, lugares, actividades, experiencias, están ahí… esperándolos… aguardando por ellos, y no han de cerrar!!!
Unirse, porque la unión nos ayudara a remar, llevar la balsa y pasar las olas del arrecife que nos detiene en la rompiente de la costa.
El corazón del turismo rural es la gente, sus producciones locales, artesanales, orgánicas y cultura local. Todos los ejes para la inversión en la producción, no solo en materiales, sino también en ideas, creatividad, desarrollo de nuevos productos, búsqueda de nuevos atractivos culturales, mostrándose con la experiencia capaz de llevarse a cabo.
El turismo rural como actividad complementaria de las actividades de campo, genera ingresos alternativos, pero además una gran red social de importancia: bolsones con productos precintados de huerta, artesanías para cumpleaños, aniversarios, eventos empresariales, “compra futura” –comprar hoy para entregar mañana-
La reactivación turística vendrá de la mano del TR y doméstico, que sea realmente sustentable, que evite la aglomeración de personas, que ofrezca un trato individualizado, que atienda a las diferencias, y que se “enrede” con otros prestadores.
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